Engrasa y espolvorea con harina un recipiente refractario.
En el bol (o tazón) de una batidora, batir las claras de los huevos lentamente hasta alcanzar punto de nieve.
Agrega el azúcar poco a poco manteniendo la textura de la mezcla.
Agrega las yemas, una por una, batiendo bien cada vez que agregues una de ellas.
Tamiza juntos la harina y el polvo para hornear y agrega a la mezcla de huevo, alternando con la leche. (Haz esto rápidamente para que la masa no pierda volumen).
Agrega la vainilla y la ralladura de cáscara de lima.
Hornea por 25 minutos hasta que esté dorado.
Para la cobertura:
En una licuadora, combina la leche condensada y el jugo de lima a velocidad media.
Cuando espese, agregar la leche evaporada, la leche entera, la vainilla, la sal y la crema, y licuar a alta velocidad.
Retira el pastel del horno y mientras está tibio, rocíalo con la mezcla cremosa.
Deja reposar y enfriar a temperatura ambiente.
Tapa y refrigera un mínimo de 6 horas o durante toda la noche, hasta que esté bien frio.
Para el glaseado:
En una olla combina el agua y el azúcar hasta que hiervan.
Baja el calor y revuelve para disolver el azúcar.
Cocina hasta que la mezcla alcance 235º F.
Retira del calor.
En un bol (o tazón) mediano bate las claras de huevo a punto de nieve. Sin dejar de batir, agrega el sirope caliente de forma continua.
Bate hasta que todo el sirope haya sido incorporado.
Deja enfriar la mezcla hasta que su cubierta se vuelva brillante.
Para montar:
Retira el pastel de la nevera y cúbrelo uniformemente con la crema para glasear.
Adorna con galletas de merengue trituradas, ralladura de cáscara de limón y hojas de menta fresca.
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